Reproches a la herencia recibida. Planteos a la Justicia. Pedidos a la sociedad. Advertencia a la clase política. El discurso de ayer mostró al presidente, Mauricio Macri, dispuesto a ratificar la marcha de sus lineamientos de gestión y, a la vez, dejar en claro que el cambio reclamado por buena parte de la ciudadanía debe contemplar, antes que nada, un compromiso de todos. “Asumir ser independientes y libres conlleva una responsabilidad”, afirmó desde el atril ubicado enfrente de la Casa Histórica. “No se agota en decirlo sino que cada uno de nosotros tenemos que asumir que somos los dueños de nuestro destino y los que tenemos que elegir nuestros proyectos”, dijo.
En su primera cadena nacional como jefe de Estado, Macri conmemoró el Bicentenario de la Independencia nacional con una alocución de 17 minutos en la que no se permitió sonrisas ni chanzas. De hecho, recurrió a una de las tradiciones argentinas para reclamar, a la sociedad, otra postura. “A mí me gusta mucho el truco, pero no se aplica a la vida; uno en el día a día no puede cantar ‘falta envido’ sin (tener) nada, no se pueden dar señales falsas, se necesitan señales claras”, exigió. La analogía del mandatario fue largamente celebrada por vecinos que se habían acercado a la Casa Histórica.
“Los argentinos hemos aprendido a dialogar y a escuchar”, sostuvo. Y mirando a la cara del rey emérito de España, Juan Carlos I, quien estaba sentado en la primera de las cinco filas de asientos, recordó la gesta del 9 de Julio de 1816: “A veces pareciera que fueron superhombres, pero que también tuvieron dudas y miedos”. Sin embargo, el coraje, la convicción y la decisión de cada uno de ellos, protagonistas de su futuro, los movilizó el 9 de julio 1816, y por eso les quiero pedir a los argentinos que creamos en nosotros mismos, en nuestra capacidad de hacer”.
Al promediar su discurso, Macri esbozó reclamos a la ciudadanía. Primero se dirigió a los docentes, y les pidió que “puedan aceptar que tienen que evaluarse sistemáticamente”; y a los trabajadores les habló de “la cultura del esfuerzo que lleva al camino de la dignidad”. “Debemos alejarnos de lo que pasó en los últimos tiempos, donde creció ausentismo, las licencias, y las jornadas horarias reducidas. Cada vez que un gremio consiguió reducir la jornada laboral todos los argentinos lo estamos asumiendo como parte de un costo, y no está bien”, se quejó.
Luego habló sobre el rol del Poder Judicial, días después de que un tribunal de La Plata anulara las subas tarifarias en el servicio de gas. Recordó que los jueces tienen la misión de “terminar con la impunidad”. “Con equilibrio, con mesura, cuidante el valor de la palabra de lo que se dice”, enumeró.
Tras esas palabras, justificó la crisis energética y pidió a los ciudadanos reducir el consumo. “Estamos trabajando para volver a tener gas, electricidad y energía suficiente para poder crecer. Argentina está entre los países que más energía consume por habitante. No es culpa de ustedes, sino de una mala política, que además nos llevó a dañar el medioambiente”, alertó el Presidente.
A modo de cierre, Macri alzó la voz y pidió a todos los sectores de la sociedad a asumir un compromiso: el de decirse, por más dura fuere, la verdad. “No alcanza que yo les diga la verdad, tiene que ser moneda corriente de todos todos los días”, dijo, y llamó a los argentinos a alejarse de la llamada “viveza criolla”.